sábado, 5 de marzo de 2011




Sabrina es una película dirigida por Billy Wilder en el año 1954. Es la adaptación de la obra de teatro Sabrina Fair, escrita por Samuel Taylor, y protagonizada por Audrey Hepburn, Humphrey Bogart y William Holden. Estuvo nominada a seis Oscar, entre los que estaban al mejor director, a la mejor actriz principal (Hepburn) y al mejor guión adaptado, pero finalmente solo ganaría el de mejor vestuario.


Argumento

Sabrina (Audrey Hepburn) es la hija del chófer. Desde lo alto del garaje, Sabrina ve cómo los Larrabee viven una vida de fiestas y lujo. Es una jovencita enamorada del hijo pequeño, David (William Holden). Por despecho intenta suicidarse, pero la llegada del hijo mayor, Linus, lo impide. Deciden enviar a Sabrina a París a una escuela de cocina, para que olvide y se forme. Y al cabo de un tiempo vuelve y lo hace convertida en una joven elegante y guapa que no sólo consigue llamar la atención de David...


Durante la película las relaciones entre Bogart y el resto del reparto fueron bastante tensas. Bogart aceptó ese papel porque su agente le convenció de que debía participar en una comedia, para mitigar la imagen de duro que tenía.[cita requerida] En cambio, la relación entre Hepburn y Holden fue excelente durante todo el rodaje.[cita requerida] La película tuvo una remake en 1995, dirigida por Sydney Pollack, con Julia Ormond como Sabrina, Greg Kinnear como David y Harrison Ford como Linus.


El maestro Wilder demuestra en ella su absoluto dominio de los resortes de la comedia clásica. Esta maravilla.... destila elegancia en cada secuencia y es, sin duda, una incontestable y deliciosa obra maestra, amén de una de las más encantadoras y elegantes comedias romántica de la historia del cine.

1 comentario:

  1. Una vida en el cine


    He ido al fnac de L’Illa, a por músicas y, de paso, me he dejado tentar por un libro irremediable, brutal, hermosamente cinéfilo y glamuroso (dos términos que Fotogramas puso de moda).

    “Los tesoros de Audrey Hepburn” es un libro gordo y caro, que me he regalado porque este año no estuve por Sant Jordi en Barcelona, ni visitaré el Retiro por la Feria en curso. Muchos de vosotros seguro que lo conocéis, pero como yo vivía e Beirut hasta ahora, y allí no había llegado, pues he tenido el placer de descubrirlo. Está lleno de pijadas y fetiches, de copias de certificados, de fotos familiares. Tal como promete su subtítulo: “Fotografías y recuerdos de una vida llena de estilo y determinación”.

    A mí Audrey Hepburn me emocionaba y sigue haciéndolo. En películas, en fotos. Su simple recuerdo. Era digna. Era elegante. Era buena. Despertaba en mí sentimientos muy dulces. Creo que los suscitaba en mucha gente, que su éxito se debió en gran parte a la limpieza de su mirada, a la confianza que inspiraba su sonrisa.

    Estos días he recordado una anécdota. Hace años, con motivo de su cumple, Jaume Figueras ofreció a sus amigos la proyección de una película de Billy Wilder que, por entonces, resultaba difícil de conseguir, por uno de esos líos entre producción y distribución…
    La peli era Love in the afternoon (1957), que en España se estrenó como Ariane.



    Ya digo, una vida en el cine da mucho de sí.

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