William Holden y Audrey Hepburn en 'Sabrina' (1954).Bajo los amables aparentes ropajes de un
cuento de hadas, Billy Wilder señala las arenas movedizas de proyectar
el amor como un cuento de hadas. O, lo que es lo mismo, los peligros de
querer alcanzar la luna, porque ésta es una ilusión en la distancia (una
proyección). Son sus reflejos los que hacen sentir algo que es un
espejismo aunque esté trenzado con el peso de una intensidad, que se
hace pesadumbre cuando esa 'luna' no responde.
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