viernes, 10 de junio de 2011

Cómo robar un millón... (y con éste van dos)



Y decimos que van dos, porque en marzo ya pusimos un post sobre esta película que es la tercera y última colaboración de Audrey Hepburn con William Wyler ("Vacaciones en Roma", 1953). Rodada en exteriores de París y en estudio, se estrenó en enero de 1966. Fue nominada al WGA al mejor guión de comedia americana. El productor fue Fred Kolhmar ("Pal Joey"), en su penúltimo trabajo.La acción tiene lugar en París en 1965. Narra la historia de Nicole Bonnet (Hepburn), hija de un rico propietario, pintor de falsificaciones de grandes maestros, como Van Gogh, que pone a la venta. Cuando Nicole advierte que su padre, Charles (Hugh Griffith), ha cometido el grave error de ceder temporalnente al Museo Nacional una falsa "Venus" de Cellini, decide contratar los servicios de un ladrón de guante blanco, Simon Dermont (Peter O'Toole), para recuperar la pieza antes de que se advierta su falsedad.La película es una comedia de humor, deliciosa y cautivadora, que se apoya sobre todo en la expresión visual. Enmarca la acción en un ambiente elegante y distinguido, en el que Hepburn se encuentra muy cómoda. Su relación con Simon muestra una simpatía que traspira frescura y verosimilitud. La imagen del padre, exagerada y chocante, refleja inconciencia, falta de sentido del riesgo y escasísima inteligencia, lo que obliga a la hija, lúcida y hábil, a asumir el papel de hada protectora, aún a riesgo de la propia seguridad. Son escenas destacadas la del trastero de dimensiones muy reducidas que usan los protagonistas durante el robo; la visita de Nicole al Ritz, vestida de negro y con el rostro cubierto con un velo, para contratar a Simon; la marcha por las calles de París del forgón blindado con escolta. Las imágenes exteriores de París constituyen un gratificante documento retrospectivo.La música es de John Williams, en una de sus primeras intervenciones en cine. Ofrece una excelente banda sonora, ajustada a la acción, que incluye marchas metálicas triunfales (recorrido del furgón), solos románticos de piano (encuentros de Nicole y Simon), composiciones orquestales que subrayan la comicidad y silencios que elevan el clima de suspense (escena del robo). La fotografía, de Charles Lang, incluye planos secuencia, visiones panorámicas con preferencia sobre primeros planos y un movimiento de cámara que no sigue a los actores, sino que deja que éstos se muevan en el espacio escénico. Usa una paleta exhuberante de colores vibrantes, muy bien armonizados. El vestuario de Hepburn, diseñado por Givenchy, su modisto preferido, es variado y magnífico. Las joyas de Cartier refuerzan el aire de distincion de Nicole. El guión, último trabajo de Henry Kurnitz ("Hatari!"), desarrolla la acción de modo irónico y alegre, con diálogos chispeantes y malentendidos jocosos. La dirección exhibe maestría, si bien imprime a la acción un ritmo más pausado del conveniente a una comedia.Película de grato entretenimiento, de humor fresco y jovial, en la que el factor visual es el elemento más importante de la narración.


El anterior puedes verlo en http://audreyhepburn-elegancia.blogspot.com/2011/03/como-robar-un-millon.html .




sábado, 4 de junio de 2011

Mansiones verdes


Única cinta en la que Mel Ferrer dirige a su esposa Audrey Hepburn. El rodaje abarca desde el 15 de julio hasta el 6 de noviembre de 1958, siendo su estreno el 19 de marzo de 1959 en el Radio City Music Hall de Nueva York. Fue un fracaso de crítica y público.Se basa en la novela del mismo título de W.H. Hudson, publicada en 1904. Narra la historia de Abel, un refugiado político que conoce en la selva sudamericana a una misteriosa adolescente llamada Rima, criada desde niña en la selva y amante del mundo natural y los animales.El guión es de Dorothy Kingsley, autora de varios guiones musicales de la Metro.Las tomas de fondo se realizaron en Venezuela y la Guayana Británica pero las tomas con los actores se hicieron en un estudio de la Metro en Culver City, California.Todos los planos rodados en exteriores son lejanos, realizados por extras y en los que aparecen los protagonistas se vislumbra claramente que son una recreación de estudio.Lo que a priori podría pensarse como una excelente oportunidad para ver una, como mínimo, entretenida película de aventuras en la selva exótica, va derrumbándose poco a poco con el paso de los minutos. El mayor activo del film, Audrey Hepburn, no aparece hasta bien empezado y aunque su presencia es lo más destacado, no consigue levantar el lánguido film. Para empezar porque el guión es incongruente (la prueba de Anthony Perkins con los indios, la serpiente, la sobada excusa del oro,...).La música no concuerda, es altisonante y a veces, desbordante en exceso.Pero, con todo, lo peor es la falta de química entre Anthony Perkins y la protagonista de “Vacaciones en Roma”. Queda claro que el protagonista de “Psicosis” no funciona aquí como galán. Muestra una considerable falta de “dote romántica” con la guapísima Audrey. Se echa en falta algún pequeño toque de humor, que suele adornar algunas películas de aventuras.El vestuario de Tony Perkins no se arruga en todo el film y el inadecuado vestido selvático de Audey tampoco (ni se ensucia nunca). Mel Ferrer no imprime ningún ritmo al film, que carece de emoción prácticamente desde el comienzo al final y la tensión dramática brilla por su ausencia. No funciona como film de aventuras ni como historia de amor.Algo positivo: la fotografía en magnífica Panavision, la primera película de Hollywood en utilizar este sistema.


Es cierto que se trata, por lo tanto, de una película menor si la comparamos con la extensa filmografía llena de tantos éxitos en la carrera de la bella actriz, sin embargo siempre es un deleite ver a Audrey tan joven y bella como siempre será recordada, amada por la luces y la cámara Audrey siempre enamora en cada uno de sus películas.